El
Salón de onces es a las damas capitalinas lo que el Café a los tertulianos de
ocasión. No está bien visto que una mujer honrada entre a un Café. Pero en el
Salón de onces (como se le llama en el altiplano al Salón de Té), las señoras y
señoritas, cómo no, se pueden reunir públicamente a charlar acerca de lo humano
y lo divino sin peligro de murmuraciones perniciosas. El salón de
onces es como una extensión del hogar o la oficina para solaz de las damas,
donde también hay espacio para los caballeros que quieran disfrutar la
exquisita pastelería tradicional.
Alamiando
jueves, 8 de mayo de 2014
CASA MARIANO OSPINA PEREZ
La
Fundación Mariano Ospina Pérez, entidad sin ánimo de lucro, creada en 1976 por
sus familiares y amigos para conservar y proyectar los principios, valores y
realizaciones del ex presidente, así como sus lecciones de patriotismo y
servicio a favor del mejoramiento de la calidad de vida de los hombres y
mujeres de Colombia y en particular de los campesinos, quienes fueron una de
sus mayores preocupaciones.
Como
consigna, sus fundadores han tomado su frase, “No somos mercaderes de ilusiones
sino empresarios de realidades”, convirtiendo esta entidad en un centro
estratégico para desarrollar alianzas con las comunidades campesinas y diversas
entidades del orden nacional e internacional, en la formulación de programas al
servicio del país en áreas tales como desarrollo humano, investigación
científica, producción eficiente y sostenible, protección del medio ambiente,
entre otras.
GUION UNA ALAMEDA EN BOGOTÁ
PROGRAMA TECNOLÓGICO EN GUIANZA DE TURISMO SENA | |||||
GUION UNA ALAMEDA EN BOGOTÁ | |||||
LUGAR | CONTENIDO TEMATICO | ELEMENTOS DE INTERPRETACION | TIEMPO | REPRESENTACIÓN | |
Monumento Almirante Padilla | Buscamos resaltar el valor histórico de este personaje, en el ámbito nacional. Así como su relevancia para el sector, reencontrar el valor artístico y cultural, que lo hacen parte del conjunto del Boulevar y enriquece el entorno patrimonial del mismo. | Monumento Almirante Padilla | 15 min | Artes plásticas | |
Casa Partido Conservador | De gran valor arquitectónico y de historia, esta casa cuenta con una riqueza única, representación clara de un estilo enmarcado en su construcción y ahora en su uso y tradición. | Casa Partido Conservador | 30 min | Político y Arquitectónico | |
Casa Mariano Ospina Perez | Personaje ilustre que enriqueció la historia del barrio, de gran importancia no solo para los vecinos, sino para todo un país. Obra y vida dedicada al trabajo por la comunidad, delegado en la actualidad a través de la fundación que mantiene su mismo nombre y estrecha relación con el partido vecino, el conservador | Casa Mariano Ospina Perez | 30 min | Político y Arquitectónico | |
Pasteleria Arlequin | Mas que una pastelería, tal vez uno de los últimos salones de onces de la ciudad. El vestigio de una época enmarcada por la tertulia, una bueno compañía, pasteles y bebidas calientes. | Pastelería Arlequín | 15 min | Gastronómico, Histórico | |
Chalet Suizo | ubicado en la zona desde 1986, uno de los mas emblemáticos restaurantes de la ciudad y paso obligado como referente gastronómico de la zona | Chalet Suizo | 15 min | Gastronómico | |
IDT | Entidad encargada de Impulsar el desarrollo económico de Bogotá, a través de la promoción de la actividad turística de la Ciudad. Para nosotros como Guías de turismo es referente obligatorio, no solo para nuestro oficio sino para la gestión que realizan a nivel de la ciudad. | IDT | 15 min | Cultural | |
Casa Ensamble |
|
Casa Ensamble | 40 min | Cultural | |
La
Alameda del ParkWay
Bienvenidos
a la Hermosa Alameda Parkway. Espacio verde en medio de la congestion de la ciudad,
propio para la cultura, el desarrollo de la política, la historia, la gastronomía
y la tradición de Bogotá.
El famoso Parkway, se
encuentra ubicado en uno de los barrios más tradicionales de la localidad de
Teusaquillo: La Soledad; diseñado por el Arquitecto Karl Brunner. El término
Parkway se introduce por primera vez en el léxico urbanístico de la ciudad a
partir de la adopción del proyecto Bogotá Futura, mediante el Acuerdo 74 de
1925 y construido por la firma Ospinas y Cía., entre los años 1944 y 1950,
ofrece una muestra arquitectónica maravillosa integrada perfectamente a zonas
verdes que refrescan el espíritu.
Trazado linealmente en
la Avenida 22 entre las calles 45 y 39 con
una sinuosidad ancha y relevante, rodeado de altos urapanes, aunque también cuenta con varios ejemplares
de robles, guayacán de Manizales, chicalá, acacia japonesa y negra, nazareno,
eucalipto pomarroso, araucarias, así como pinos pátula y monterrey, lo que lo
convierte en un importante pulmón verde de la ciudad.
Construida en los años 1950
en el barrio La Soledad con base en las teorías de beautiful city, el cual
alberga entre sus dos carriles andenes ondulados, están asociados a senderos,
bulevares y jardines para el disfrute de la ciudad que permiten recorrer las
zonas y el mobiliario urbano que contrasta con esta naturaleza y la interesante
arquitectura que lo enmarca. Hoy en día son lugares representativos de la
Bogotá para la contemplación, el entretenimiento y la cultura.
El
crecimiento acelerado de la ciudad durante, las décadas de los
años 40 y 50 entre 1939 y 1955 los ritmos de las modificaciones se volvieron
vertiginosos y los ámbitos sobre los que se experimentaban tales variaciones
eran muy diversos, tanto que los habitantes se sintieron viviendo en otra
época, la de los adelantos tecnológicos y mejoras en las condiciones de vida.
Uno de los cambios
profundos, del cual se ocupa esta disertación, fue el transporte urbano. El aumento
de buses y carros en Bogotá corrió paralelo a un crecimiento físico de su área
construida más allá de los propios límites municipales, lo que junto con un
desproporcionado aumento de la población y un crecimiento en los índices de
mortalidad en las calles por causa de los accidentes, se convirtieron en elementos
que confluyeron en un mismo espacio y tiempo para dar un particular cariz a la
capital Colombiana. Todo ello en su momento fue entendido como las
consecuencias lógicas de haber puesto en
práctica un vasto programa de “remodelación” de la urbe que entusiasmó a propios
y extraños, que veían en él la materialización del sentimiento de estar
viviendo en una época nueva.
Esta intranquilidad comenzó
a hacerse más acuciosa conforme los años corrían, ello con llevo a que en 1933
fuera invitado el arquitecto austriaco Karl Brunner para que trabajara en un
plan de desarrollo para Bogotá. Su estadía en la ciudad coincidió con los
preparativos para la conmemoración del cuarto centenario de la fundación de la
ciudad; para esta celebración “en 1935 y bajo la administración del alcalde
Julio Pardo Dávila y por decisión del concejo municipal se aprobó la
adjudicación de $6.200.000 pesos para el programa del centenario. Los proyectos
de celebración comprendían 1) edificación de doce urbanizaciones obreras 2)
levantamiento de un nuevo estadio 3) la ampliación de la avenida Jiménez y
Caracas 4) Saneamiento del paseo Bolívar”[1]
La característica de las
obras realizadas durante este periodo en la ciudad tenía algunas particularidades
urbanísticas que se antojaban como inéditas en la conformación del espacio de
Bogotá. Por una parte, hay una gran resistencia a la retícula como eje esencial
de desarrollo urbano a lo que Brunner intentó oponerse tratando de romper su
rigidez, revelando con ello que “esta oposición a la retícula no provenía tanto
de las influencias de Viena, como del movimiento norteamericano de la City
Beautiful”. Las ideas que planteaban esta práctica urbanística marcaron desde
este momento una clara oposición con la arquitectura defendida por los
arquitectos seguidores de los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura
Moderna)[2].
En otras latitudes como en
los Estados Unidos, esta discusión ya enfrentaba a seguidores de una y otra
corriente. Allí Lewis Mumford una de las figuras más prominentes, defensor de
la City Beautiful, cuestionaba los planteamientos constitutivos e ideales de la
ciudad moderna promulgados en la Carta de Atenas, los argumentos esgrimidos
mostraban claramente que “la universalidad de las soluciones urbanísticas de Le
Corbusier, la idea de plantear la homogeneidad a problemas y situaciones
radicalmente opuestos se contraponen con la visión histórica de Mumford que
realza la memoria de la ciudad y su individualidad a partir de su propio
desarrollo histórico y de su región”[3]
Así pues, siguiendo los
supuestos de respeto por la tradición y las características locales que han
dado a cada ciudad una fisonomía propia, al mismo tiempo que hacía énfasis en
la comunidad, Brunner sostenía como argumento más importante en la ruptura del
trazado en damero que había “la necesidad de lograr una identidad y unas
características locales que respondieran al contexto urbano y que empezaran a
desarrollar elementos de identificación de los habitantes de una comunidad con
su barrio”. No obstante la labor del austriaco no llegó nunca a redondearse en
un real plan urbanístico que englobara todos los aspectos pertinentes propios
de una empresa de esta magnitud, lo cual llevó a que hubiera en este periodo
“un accionar fragmentario de la planeación y que está representado gráficamente
en el tipo de instrumento utilizado recurrentemente por el profesor Brunner: el
plano de un fragmento especifico de ciudad que se añade, en su particularidad,
a la suma de particularidades en que se va constituyendo la realidad urbana de Bogotá.
A lo sumo casi a regañadientes Brunner propuso un plan vial para toda el área
central de la ciudad, consistente en la ampliación - mínima, en algunos casos
imperceptibles- del perfil de algunas calles y carreras”[4]
Casi en medio de la alameda,
en la punta hacia la punta sur del camino encontramos aunque en evidente
descuido, aun imponente y expectante al Almirante. Monumento inaugurado hace 45
años, el 24 de Julio de 1965 con motivo de la Fiesta de la Armada y en conmemoración
al centésimo cuadragésimo de la victoria de la batalla del Lago de Maracaibo. Elaborado por el escultor peruano Gerardo Benítez
Bolaños, elaborado en bronce el Monumento al Almirante Padilla, fue encargado por la propia Armada
Nacional de Colombia por el capitán de Fragata Oscar Herrera Rebolledo del
estado mayor naval, jefe del departamento de historia y divulgación cultural
del comando de la Armada. Entidad que ya tenía dispuesto el terreno para este
fin ubicado entre las calles 37 y 39 sobre la carrera 22 hoy día 24. La
escultura terminada luce uniforme naval, junto al timón de un barco, en la mano
derecha un catalejo o anteojo de larga vista, firmada hacia el lado izquierdo de
su primera base. Incluye el pedestal y las inscripciones de las batallas y
logros del Almirante.[5]
En la Avenida Carrera 24 No
37–09 está ubicada la casa del partido conservador Colombiano, pintada de azul,
emblema del movimiento político, el cual
está ubicado en la, este partido junto con el partido liberal dominaron la
política colombiana en la segunda mitad del siglo XIX hasta 2002. En muchos temas
el Libertador fue el inspirador del pensamiento conservador: la realidad política
contra la teoría; su rechazo al federalismo y el apoyo a la creación de una
República Unitaria. [6]
Hacia 1837 se conformó un
movimiento político alrededor de la figura de José Ignacio de Márquez y fue
conocido como los “republicanos moderados”. No existía un programa pero se les
reputaba como creyentes católicos, partidarios de la autoridad y del orden. En
1840 se inició una guerra civil que ayudó a perfilar a los futuros partidos. En
1843 se aprobó una Constitución que sentó las bases de una República Unitaria,
con gobierno central fuerte, base de la estabilidad.
Todos
en Colombia […] liberales, conservadores y sacerdotes,
Estamos
enfermos de eso que llaman política,
Cáncer
que amenaza devorar nuestras almas.
Todos
estamos más o menos cegados por el espíritu de partido,
Todos
somos parciales y estamos convirtiendo la república en
[…] un infierno[7]
Ubicada hacia el lado oriental del Parkway, podemos encontrar en la Avenida
carrera 24 No. 39-32, la Fundación
Mariano Ospina Pérez, entidad sin ánimo de lucro, creada en 1976 por sus
familiares y amigos para conservar y proyectar los principios, valores y
realizaciones del ex presidente, así como sus lecciones de patriotismo y
servicio a favor del mejoramiento de la calidad de vida de los hombres y
mujeres de Colombia y en particular de los campesinos, quienes fueron una de
sus mayores preocupaciones. Como consigna, sus fundadores han tomado su frase,
“No somos mercaderes de ilusiones sino empresarios de realidades”, convirtiendo
esta entidad en un centro estratégico para desarrollar alianzas con las
comunidades campesinas y diversas entidades del orden nacional e internacional,
en la formulación de programas al servicio del país en áreas tales como
desarrollo humano, investigación científica, producción eficiente y sostenible,
protección del medio ambiente, entre otras.
La visión que orienta a la Fundación Mariano Ospina Pérez es la de un
camino de superación ante la crisis económica y social que afecta a Colombia,
camino que implica, en primer lugar, el fortalecimiento de los principios y
valores fundamentales de nuestra nación, tales como los principios éticos y
morales del cristianismo y de la democracia participativa.
Sobre esos fundamentos se ha de estructurar la superación del atraso nacional en todos sus aspectos y estructuras físicas, económicas y sociales. El principal propósito de la Fundación es el de ser un centro de pensamiento y reflexión de los problemas nacionales y actuar en búsqueda de soluciones por medio de iniciativas y proyectos en diversos campos de especial interés para el desarrollo nacional, tales como liderazgo social, biotecnología al servicio del sector rural e infraestructuras de comunicaciones y transporte.[8]
Sobre esos fundamentos se ha de estructurar la superación del atraso nacional en todos sus aspectos y estructuras físicas, económicas y sociales. El principal propósito de la Fundación es el de ser un centro de pensamiento y reflexión de los problemas nacionales y actuar en búsqueda de soluciones por medio de iniciativas y proyectos en diversos campos de especial interés para el desarrollo nacional, tales como liderazgo social, biotecnología al servicio del sector rural e infraestructuras de comunicaciones y transporte.[8]
Al salir de esta emblemática casa y continuando el mismo camino podemos
encontrar una interesante oferta gastronómica, para todos los gustos desde los
sabores más estilizados que podemos encontrar en restaurantes como La
trementina o el Chalet Suizo, fundado en 1948 entre las calles 21 y 22 sobre la
carrera 7°, y luego traslado al Parkway, en 1986. Con servicio de piano, comida
de tipo internacional, eventos sociales y empresariales, noches románticas y un
ambiente único acogedor y especial en la ciudad. Hasta pasabocas, pasteles, y
platos más sencillos que se pueden adquirir en la tradicional panadería Arlequín
Con
casi sesenta años de existencia, todavía funciona en el mismo edificio esquinero
de la calle 40 con carrera 22, sin haber perdido esa sobriedad acogedora que no
oculta su origen europeo. La pastelería es atendida desde antiguo por la señora
Marlén, una mujer guapa de edad indefinible, cuyo ceño adusto esconde una
calidez insospechada. La especialidad de la pastelería Arlequín son los
chocolates: el conejo gigante, la casita del bosque de Hansel y Gretel, el san
Nicolás de mazapán, en fin, los alucinantes animalitos de miniatura achocolatada
que se venden por libras. Y asimismo son extraordinarias sus galletas alemanas
(Nüremberg Lebkuchen) y el pan de navidad (Stollen). Ni qué decir tengo de las
milhojas con cubierta glaseada de chocolate y crema inglesa[9]
Siguiendo por esta misma acera un poco más hacia el norte podemos encontrar
el IDT, Instituto Distrital de Turismo entidad encargada de Impulsar el
desarrollo económico de Bogotá, a través de la promoción de la actividad
turística de la Ciudad y de gestionar las mejores condiciones de competitividad
y sostenibilidad del destino. Creamos planes, programas y servicios a través
de: Gestión de Destino, Promoción y Mercadeo, Observatorio Turístico. Su
horario de atención es de lunes a
viernes: 7:30 a.m. a 4:30 p. m.[10]
Uno de los lugares
emblemáticos que se destacan en el Parkway es Casa Ensamble ubicada en la carrera 24 # 41-69, conocida como “La Casa del Millón” por el dinero que
costo su construcción para esa época, en el año de 1952. Esta es una de las
razones y por sus materiales de construcción por las cuales se convirtió en un
icono para la ciudad.
A principios del siglo XX, el
señor de apellido Cefair muy adinerado el levantó en el barrio de La Soledad de Bogotá,
en el Parkway, su casa familiar de tres pisos y 1.600 metros, inspirada en una
villa italiana de Le Corbusier.
Casa ensamble era una casa
de familia y tiene una historia particular ya que la casa después de varias
batallas de sus dueños ha salido bien librada.
Esta gran locura
arquitectónica, con paredes de agua, peceras, columnas de cristal, mármoles
italianos y escaleras interminables, costó un millón de pesos colombianos, muchísimo
dinero para esa época pero que le valió el apodo de “La casa del millón”.
Su propietario el señor
Cefair murió un año después de terminar la casa y esta se convirtió en un ícono
y patrimonio de la ciudad, por su avalúo total, y por el impacto visual que
generaron los materiales con los que fue construida, que ostentaban ser traídos
de Europa; que incluso hasta se organizaban excursiones en autobús para venir a
verla
Después de un largo trayecto,
La actriz Alejandra Borrero
tomo la casa para adaptarla como centro cultural, durante dos años duro la
remodelación recuperando los orígenes, espacios,
paredes de agua, restaurando las columnas y recibiendo las adecuaciones
necesarias para transformarla en el centro cultural que es hoy. [11]
A finales del año 2008, “La
Casa del Millón” inicia su proceso de cambio a Casa Ensamble., Tras la
construcción del teatro Carlos Mayolo, la sala Alternativa, la tarima para
conciertos y las mejoras en las instalaciones eléctricas e internas de la casa y
otros espacios que hacen de sus 1600 metros de construcción, un espacio ideal
para las artes escénicas, las tertulias, eventos y, en general, toda clase de
actividades culturales y artísticas.
Se abrieron las puertas y
recibir con sus premios nacionales e internacionales de arquitectura, con 1.600
metros de área construida, sala de mediano formato (Teatro Arlequín) y puertas
abiertas a este proyecto.
Cómo disfruté allí un lujo
de buen teatro ir corriendo de una sala a la otra para ver algunas de las funciones.
[12]
[1]
Andreas Hofer. Karl Brunner y el urbanismo europeo en América Latina. Ancora
editores. Bogotá 2003. Pág. 116
[2]
Ibíd. Pág. 119
[3]
Carlos E. Hernández. Las ideas modernas del plan para Bogotá. El trabajo de Le
Corbusier, Wiener Y Sert.
[4]
IDCT. Observatorio de Cultura Urbana. Bogotá 2004. Pág. 32
5 VÉLEZ,
Baltasar, “Los Intransigentes”, en NIETO CABALLERO, Luis Eduardo, Escritos
Escogidos, tomo II, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1984.
[5] http://issuu.com/revistaarmada/docs/revistaarmadaedicion98/67
[6]
http://partidoconservador.info/libro/11-el-nueve-de-abril-contra-palacio.html
5 VÉLEZ,
Baltasar, “Los Intransigentes”, en NIETO CABALLERO, Luis Eduardo, Escritos
Escogidos, tomo II, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1984.
[8] Fuente: http://www.fundmop.org/index.html
[9] http://lapataalsuelo.blogspot.com/2013/01/pasteleria-el-arlequin-ultimo-reducto.html
[11]
http://casae.com/casa-ensamble/historia.html
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